En un mundo cada vez más caliente, los edificios desempeñarán un papel fundamental a la hora de proteger la salud pública y mantener la productividad. Los diseños arquitectónicos, las elecciones de material para las envolventes de los edificios, y la adopción de sistemas de refrigeración eficientes serán cruciales.
A fin de reducir la ganancia de calor solar, los futuros diseños integrarán elementos como pórticos, celosías, marquesinas, louvers y persianas. La orientación estratégica de los edificios y las soluciones vegetativas, como los techos y los muros verdes, mejorarán el aislamiento y minimizarán la absorción de calor. El paisajismo con árboles caducifolios y la ecologización de las ciudades mejorarán el flujo de aire, proporcionarán sombra estacional y reducirán la temperatura ambiente en varios grados. No obstante, alcanzar un equilibrio entre atractivo estético y eficiencia energética sigue siendo un reto. Las consideraciones visuales deben dejar de eclipsar funciones prácticas como las estructuras de sombra (7).
Asimismo, los materiales de la envolvente de los edificios desempeñarán un papel cada vez más importante. Los materiales con elevada masa térmica, como la piedra o la tierra, comúnmente utilizados en edificios tradicionales en las regiones del Mediterráneo y el Norte de África, regulan de forma natural la temperatura interior y reducen la dependencia de la refrigeración mecánica (7). Los materiales innovadores, como los paneles de aislamiento por vacío, el aerogel de sílice, y los revestimientos avanzados con propiedades reflectantes están ampliando los límites de la eficiencia. Estas tecnologías permiten un aislamiento más fino con hasta cinco veces la eficacia de los materiales tradicionales.
A pesar de la probable adopción de estas medidas pasivas de refrigeración, la demanda de sistemas activos de refrigeración capaces de adaptarse a condiciones meteorológicas extremas aún experimentará un aumento a nivel mundial, impulsado por las economías emergentes y desarrolladas. En las economías emergentes, el aumento de los ingresos y la mejora del acceso a la electricidad acelerarán la adopción de sistemas de acondicionamiento del aire. En las economías desarrolladas, ubicadas con frecuencia en regiones más templadas, el aumento de las temperaturas y la adopción de bombas de calor, que pueden proporcionar refrigeración si se invierte su funcionamiento, impulsarán el crecimiento de la demanda eléctrica. En consecuencia, la refrigeración se está convirtiendo en el consumo energético que más rápido está creciendo en los edificios. Según la AIE, se prevé que la demanda de energía global para la refrigeración de espacios sea de más del triple de aquí a 2050, con un consumo de electricidad igual al de China e India combinados a día de hoy (7). Este incremento de la demanda subraya la necesidad urgente de estrategias de refrigeración inteligentes, como soluciones de enfriamiento nocturno y refrigeración eficiente energéticamente de edificios.