El futuro de environment

Adaptación al cambio climático

A medida que aumentan las temperaturas, los edificios se enfrentarán a una mayor presión para cumplir su finalidad principal: proteger a los ocupantes de condiciones exteriores extremas. Este cambio repercutirá en el diseño de edificios y sus alrededores, influirá en la selección de materiales para las envolventes de los edificios, e incrementará la adopción de sistemas de refrigeración.

La crisis del calor: son necesarias medidas para proteger las vidas, las ciudades y las economías

En 2024, la temperatura media global superó los 1,5 °C [2,7 °F] por encima de los niveles preindustriales por primera vez, convirtiéndolo en el año más caluroso registrado y dando continuidad a una tendencia preocupante que indica que los 24 años más cálidos se han producido desde el año 2000 (1). Se espera que este patrón se acelere, con una previsión del aumento de la temperatura media global en 2 °C [3,6 °F] o más hasta 2050, si se ejecutan todas las políticas actuales (2). Según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), cada incremento de 1 °C [1,8 °F] en las temperaturas globales se traduce en un aumento del 25% en los grados-día de refrigeración (CDD). Los CDD miden en qué magnitud y con qué duración la temperatura exterior supera una base de referencia específica, normalmente 18 °C [64,4 °F], lo que implica una necesidad de refrigeración considerablemente superior en adelante.

Para 2050, se espera que aproximadamente 1000 ciudades se enfrenten a máximas estivales medias de 35 °C [95 °F] o más, muy por encima de las 354 ciudades a día de hoy, lo que pondrá en riesgo de calor extremo a 1600 millones de residentes en zonas urbanas —un incremento del 800% (3). Esta intensificación del calor afectará negativamente a los ecosistemas, sobrecargará los sistemas sanitarios, e impondrá graves cargas en las economías globales. Se prevé que el estrés térmico reduzca las horas de trabajo a nivel mundial en un 2,2% de aquí a 2030, lo que equivale a la pérdida de 80 millones de puestos de trabajo a tiempo completo (4). En la actualidad, las muertes relacionadas con el calor suponen casi medio millón de muertes anuales, una cifra que probablemente siga aumentando debido al envejecimiento de la población y a la rápida urbanización (5). Por ejemplo, ciudades como Dehli y Karachi están experimentando con mayor frecuencia olas de calor mortales que se cobran miles de vidas y afectan de manera desproporcionada a las poblaciones vulnerables, incluidas las personas mayores (6).

2024 fue el año más caluroso jamás registrado, en una preocupante tendencia en la que 24 de los 25 años más cálidos se han producido desde 2000

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Se prevé que la temperatura media mundial aumente 2 °C hasta 2050 si se aplican todas las políticas actuales

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Diseño de edificios y de CVAA en un mundo más caliente

En un mundo cada vez más caliente, los edificios desempeñarán un papel fundamental a la hora de proteger la salud pública y mantener la productividad. Los diseños arquitectónicos, las elecciones de material para las envolventes de los edificios, y la adopción de sistemas de refrigeración eficientes serán cruciales.

A fin de reducir la ganancia de calor solar, los futuros diseños integrarán elementos como pórticos, celosías, marquesinas, louvers y persianas. La orientación estratégica de los edificios y las soluciones vegetativas, como los techos y los muros verdes, mejorarán el aislamiento y minimizarán la absorción de calor. El paisajismo con árboles caducifolios y la ecologización de las ciudades mejorarán el flujo de aire, proporcionarán sombra estacional y reducirán la temperatura ambiente en varios grados. No obstante, alcanzar un equilibrio entre atractivo estético y eficiencia energética sigue siendo un reto. Las consideraciones visuales deben dejar de eclipsar funciones prácticas como las estructuras de sombra (7).

Asimismo, los materiales de la envolvente de los edificios desempeñarán un papel cada vez más importante. Los materiales con elevada masa térmica, como la piedra o la tierra, comúnmente utilizados en edificios tradicionales en las regiones del Mediterráneo y el Norte de África, regulan de forma natural la temperatura interior y reducen la dependencia de la refrigeración mecánica (7). Los materiales innovadores, como los paneles de aislamiento por vacío, el aerogel de sílice, y los revestimientos avanzados con propiedades reflectantes están ampliando los límites de la eficiencia. Estas tecnologías permiten un aislamiento más fino con hasta cinco veces la eficacia de los materiales tradicionales.

A pesar de la probable adopción de estas medidas pasivas de refrigeración, la demanda de sistemas activos de refrigeración capaces de adaptarse a condiciones meteorológicas extremas aún experimentará un aumento a nivel mundial, impulsado por las economías emergentes y desarrolladas. En las economías emergentes, el aumento de los ingresos y la mejora del acceso a la electricidad acelerarán la adopción de sistemas de acondicionamiento del aire. En las economías desarrolladas, ubicadas con frecuencia en regiones más templadas, el aumento de las temperaturas y la adopción de bombas de calor, que pueden proporcionar refrigeración si se invierte su funcionamiento, impulsarán el crecimiento de la demanda eléctrica. En consecuencia, la refrigeración se está convirtiendo en el consumo energético que más rápido está creciendo en los edificios. Según la AIE, se prevé que la demanda de energía global para la refrigeración de espacios sea de más del triple de aquí a 2050, con un consumo de electricidad igual al de China e India combinados a día de hoy (7). Este incremento de la demanda subraya la necesidad urgente de estrategias de refrigeración inteligentes, como soluciones de enfriamiento nocturno y refrigeración eficiente energéticamente de edificios.